viernes, 2 de octubre de 2009

A propósito de las prácticas bancarias abusivas.

La odisea de dar de baja un servicio bancario puede llevar hasta seis meses
(Fuente:www.cronista.com)
Según las asociaciones de defensa del consumidor, cancelar un producto sigue siendo la principal denuncia de los usuarios contra las entidades bancarias. Qué deben hacer los clientes
DOLORES AYERRA Buenos Aires ()
Paula L. logró obtener un préstamo hipotecario en abril de 2008, después de meses de espera. El crédito lo solicitó junto a su marido para terminar de pagar su primera vivienda en el conurbano bonaerense. La pareja quedó satisfecha con el monto y el plazo otorgado. Aunque como siempre había un pero. Algo en la letra chica que no los inquietó en un primer momento, después les generaría un fuerte dolor de cabeza.
Resulta que el banco –una entidad pública– les ofreció un paquete de productos asociado al préstamo –concretamente una tarjeta de crédito y de débito y una cuenta corriente, además de la caja de ahorro desde donde se debitarían las cuotas–. “Se lo bonificamos por un año, señora”, fue el gancho que utilizó el oficial de crédito para que Paula y su marido accedieran. Pasado el año, la pareja aún no pudo deshacerse del paquete y los gastos ya están corriendo. Además del costo financiero total del crédito, pagan $ 33,88 por mes por su mantenimiento.

María A. trabaja en una empresa informativa. Hace menos de un año sus empleadores acordaron cambiar la entidad financiera a través de la cual pagan los salarios a sus trabajadores. En ese entonces, agentes del banco –de primera línea de capitales extranjeros– concurrieron a la compañía para brindar información y evacuar consultas a los futuros clientes.
María no obtuvo una respuesta convincente cuando cuestionó porqué además de su cuenta sueldo, le habían asignado una cuenta corriente.

“El paquete acordado con la empresa es éste”, le informaron. “Si usted no desea hacer uso de los demás productos, no se le cobrará costo alguno”, explicaron. Sin embargo, más de una vez a María le aparecieron débitos en su cuenta corriente, que nunca utilizó, y aún no consigue que el banco la cancele.

Ejemplos como estos abundan en la Argentina. Si bien comparado con otros años como el 2001, las denuncias contra los bancos descendieron bruscamente, el principal motivo, cuentan desde varias asociaciones de defensa del consumidor consultadas por El Cronista, radica en las “trabas” que imponen las entidades financieras para que el cliente se de baja. En el sistema, no obstante, aseguran que las cancelaciones se producen en forma instantánea por regla general.

¿Qué recomiendan las asociaciones en caso de que no sea así? En primer lugar, todas apuntaron a que el usuario debe leer con la mayor atención y hasta el final el contrato que se está firmando. Pero, en reiteradas oportunidades una de los principales obstáculos, señaló Hilda Gumprich, titular de la Asociación de Deudores Argentinos (ADA), “es que los bancos exigen que el cliente se presente personalmente en determinada sucursal para cancelar un servicio o producto. A veces, hasta imponen un tiempo: hay casos en que se exige hasta tres meses de anticipación para el pedido de cancelación”.

No obstante, según explicó Susana Andrada, presidenta del Centro de Educación al Consumidor (CEC), “por medio de la modificación de la Ley 24.240, el usuario puede cancelar un producto o servicio telefónicamente o por fax, sin ningún otro trámite o requisito adicional. Esto está en la ley 26.361 y la empresa tiene la obligación de enviar un comprobante de la operación dentro de las 72 horas”. Así y todo, según denuncian los consumidores, las entidades casi nunca respetan esta ley. En esta línea, Sandra González, presidenta de la Asociación de Defensa de los Consumidores y Usuarios de la Argentina (ADECUA), recomendó que “en estos casos se debe ir a la sucursal con una nota firmada y sellada por el banco, hacer una copia, incluyendo el plazo máximo que para el procedimiento”. (...) (ver nota completa).

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